lunes, 15 de febrero de 2010

NOSOTROS, JÓVENES DEL SIGLO XXI


"Detrás del fenómeno de la televisión basura se agazapa, en fin, una perversión de la democracia que halla en esos cientos de miles de jóvenes que se disputan una fama catódica una infantería voluntariosa y desinhibida. Aquella rebelión de las masas que anticipara Ortega ha alcanzado, al fin, su apoteosis más sombría. "


JUAN MANUEL DE PRADA




Nosotros, jóvenes del siglo XXI,somos tan mezquinos, deleznables, superficiales y chabacanos como nunca antes lo habíamos sido. Algún día, cuando seamos mayores y ganemos algo de sensatez, cargaremos con la certeza de saber el profundo desprecio y la vergüenza que nuestros propios antepasados sentirían si pudiesen ver los vomitivos gustos, los vulgares anhelos y las miserables esperanzas de las que cada día hacemos gala.

Hacer, pensar y decir todo cuanto las amistades y la sociedad (siempre la sagrada “opinión pública”) quiere que hagamos, pensemos y digamos: esto es para nosotros, jóvenes del siglo XXI, la vida. No importa que nuestra conducta sea moralmente repulsiva, si con ello despertamos la admiración de los demás; no importa que el materialismo rezume en cada una de nuestras opiniones y deseos, si ello está en consonancia con lo que nuestros amigos esperan de nosotros; no importa que en esta vida nuestra máxima prioridad sea la más repugnante búsqueda de placer y comodidad, si así nos ganamos la simpatía de la pandilla de turno y reforzamos nuestras expectativas sociales. Y pese a todo, todavía tenemos la cobardía de decir públicamente que nos sentimos libres.

Hoy reina por doquier el barriobajerismo, la manera de ver las cosas desde abajo, como las ven los insectos y especialmente los parásitos. Tanto en el arte como en la sexualidad, tanto en la moral como en el trabajo, siempre termina imponiéndose la tendencia que mejor se adapta a esa actitud que siente hostilidad hacia toda clase de disciplina, y que no puede dejar de horrorizarse ante la grandeza que sólo la rectitud espiritual puede ofrecer. Todas las modas que triunfan en la sociedad, todo lo que tiene éxito entre nosotros, jóvenes del siglo XXI, procede siempre de esa perspectiva parasitaria, cuyo origen está en la masa sin escrúpulos de las grandes urbes. Somos tan inteligentes y a la vez tan ingenuos, que creemos que podemos vivir después de enterrar nuestro pasado, cuando en realidad estamos condenados a descubrir que junto a él enterramos también nuestro futuro.

Nosotros, jóvenes del siglo XXI, tenemos un destino. Y ese destino pasa por vivir sin esperanzas, sin verdaderas ilusiones, degustando sin parar un presente que nunca nos sacia, tal es nuestro vacío, y esperando con apatía un mañana que algo en nuestro interior nos dice que quizá ya no merezcamos contemplar…

4 comentarios:

Barandán dijo...

Amigo mío. Soy yo quien le felicita por su blog.

Spengler es uno de mis favoritos.

Me hice seguidor de esta bitácora.

Gracias.

Ángel Sobreviela dijo...

Como lector de Spengler, saludo más que satisfecho la existencia de este blog con el que me acabo de topar. Saludos desde Zaragoza.

Manuel David Mora Hervás dijo...

Gracias por vuestros apoyos. Ya sabéis que este espacio pretende reivindicar a uno de los filósofos (para mi junto a Heidegger) más influyentes del siglo XX; y todo ello pese a la "Tiranía Proge" que intenta enterrar en el olvido de la "memoria histórica" a aquellos intelectuales que les estorban para sus abominables y mezquinos intereses. Nuestra misión es aprovechar la Libertad que nos brinda Internet (de momento) para denunciar estas manipulaciones.

Anónimo dijo...

Un gran espacio, me alegro de que haya gente tan crítica. Igual te uste psarte por mi blog. Hasta pronto.

Hasta pronto.